martes, 7 de mayo de 2013

Vida Escolar de Nemu Kurotsuchi

Capitulo 9:

Habían pasado unos cuantos días, aproximadamente dos semanas, no podíamos evitar cruzar nuestras miradas en cada clase, verlo esbozar una sonrisa hacía que me sonrojara y bajara mi mirada sin antes dibujar una sonrisa en mi rostro.
-Nemu… ¿Nemu?- Preguntaba mi amigo Kisuke moviendo su mano delante de mi vista.- Estás bien?
-Eh? Ah Kisuke… ¿Q-qué pasó?.- Pregunté dirigiendo mi mirada hacia él
-A ti que te pasa?! Estás como… en otro mundo
-Lo estoy.- Contesté suspirando
-Eh? En qué piensas?
-Una mujer nunca revela sus secretos fácilmente mi querido Kisuke.-
Soltó una fingida carcajada y la vez sonó el timbre para el recreo.
-Bien, vamos, acompáñame a comprar algo.- Dijo levantándose de su asiento
-V-ve tu… yo tengo unas cosas que preguntarle al profesor.- Contesté acomodando mi cuaderno
Kisuke hizo una mueca de desagrado y se fue del salón con las manos en su bolsillo perdiéndose entre la multitud de estudiantes que salían del aula.
Sólo quedamos él y yo, no tenía el valor suficiente para levantar la mirada sabía que me miraba, lo sabía, lo presentía… y así fue, levanté la mirada, y allí estaba mirándome con su mentón apoyado en sus manos. Sonrió, esa sonrisa hacía que el tiempo se detuviese por un momento, movió su cabeza dándome a entender que vaya hacia donde él estaba, me levanté lentamente acomodando mi falda y tomando mi cuaderno, caminé firme hacia donde estaba él, no podía negarlo, tenerlo cerca me ponía nerviosa. Aizen se levantó de su asiento para quedar cara a cara, nuestras miradas se cruzaron una vez más y pude sentir como mis mejillas empezaron a arder, alzó una mano para acariciar mi mejilla izquierda, bajé la mirada, no podía sostenerla, esos ojos marrones me derretían. Vi como sus pies se movieron en dirección a la puerta del salón, alcé la vista y vi como cerraba la puerta, el recreo duraba 15 minutos, nadie nos molestaría hasta dentro de unos 10 minutos más. Volvió a acercarse a mí, tomó mi rostro con sus dos manos de forma delicada como si tuviera miedo que me rompiera, llevé mi mano hacia la suya acariciándola, haciendo que mi cuaderno cayera al suelo, mientras seguíamos mirándonos a los ojos, nuestra pequeña distancia se acortaba cada vez más hasta que nos fundimos en un cálido y tierno beso, sólo nos separábamos para tomar aire y volver a besarnos, mis labios seguían los suyos, los saboreaba como si de un dulce se tratara, lo necesitaba, necesitaba sus labios, lo necesitaba a él, no podía esconder mis sentimientos, sabía que esto no se trataba de un juego de una adolescente de 16 años y su profesor, esto era real, tenía que convencerme que no estaba viviendo un sueño. El timbre sonó dándole finalización al recreo, Aizen y yo nos separamos sin dejar de mirarnos a los ojos, tomé el cuaderno que continuaba en el suelo me levanté y vi como mis compañeros empezaban a entrar al aula sin percatarse de los que acababa de ocurrir.
-Muchas gracias por la explicación profesor.- Le agradecí en código.
-No es por nada Kurotsuchi, puede preguntarme cuando desee.-